Podemos rechaza el ofrecimiento de Díaz para destensar la relación con Sánchez para «hacernos respetar»
Díaz hace días que intenta sentar a Sánchez frente a las ministras de Podemos
Díaz busca salvarse: quiere reunir a Sánchez y Podemos para sellar la paz tras la crisis del ‘sólo sí es sí’
Sánchez cree que necesitará al PP para reformar la ley Montero pero se jugará la votación sin negociar
Podemos no tiene intención alguna de solucionar la crisis que hay en su relación con el PSOE. Los morados, haciendo prevalecer la opinión del ala más dura de la dirección, rechazan la mano tendida de Yolanda Díaz para mediar entre el partido a través del cual fue nombrada ministra y los socialistas. Y, como ha ocurrido desde el inicio de la legislatura, fuerzan la maquinaria para imponer su criterio -aunque esta vez con poco éxito-.
Yolanda Díaz quiere sentar cara a cara al presidente, Pedro Sánchez, y a las ministras de Podemos en plena tormenta por la modificación de la ley del sólo sí es sí con ella de mediadora, para zanjar la polémica y acercar unas posiciones que a día de hoy están muy alejadas. Pero los morados creen que «no hay nada que negociar». «Si hay algún cambio, será de aspecto técnico, no político», resumen. Y por eso, aseguran, no van a dar su «brazo a torcer». «Debemos hacernos respetar y dignificar nuestro trabajo», apuntan al respecto.
Y es que todos dan por hecho que la reforma de la norma tendrá que salir adelante de la mano del Partido Popular, con el apoyo del PNV y el PDeCAT. Podemos y los socios tradicionales siguen enrocados en no tocar el texto de Irene Montero. Y Sánchez está dispuesto a hacerlo. Con las negociaciones prácticamente rotas y poca voluntad de recomponerlas, el PSOE aspira a que los de Alberto Núñez Feijóo «actúen por responsabilidad». Sin pedir nada a cambio, aunque con dicho gesto desgasten el acuerdo de coalición.
Los socialistas creen que los de Ione Belarra «quieren llevar las cosas a una situación insostenible». Aunque nadie contempla la ruptura y en Ferraz se van haciendo a la idea de que la convivencia «será muy dura durante los próximos meses». Es el mensaje que están tratando de hacer calar entre altos cargos del Gobierno y barones. Para evitar la creación de nuevos incendios que, por parte de los líderes territoriales, serán difíciles de controlar. En público, unos y otros hablan de «preservar la coalición», pero en privado las versiones difieren.
Pedro Sánchez se niega a echar a sus socios minoritarios y dice que, en todo caso, sean ellos los que se vayan. «Nos harían un favor», manifiestan en el entorno del presidente. En Podemos rechazan dimitir y apuntan a que si tienen que abandonar el Ejecutivo sea por un cese presidencial. Yolanda Díaz, pensando en el interés de su proyecto Sumar, es la única defensora a ultranza de mantener el pacto por conveniencia. Una ruptura dejaría sin argumentos la idea que quiere vender al electorado de una reedición del gobierno progresista.
Por muchas deslealtades e incontinencia verbal en forma de insultos contra los socialistas que procedan de las filas de Podemos, de aquí a las elecciones generales, la orden dada por Sánchez es la de «resistir y aguantar, aunque a veces sea difícil». Ministros del PSOE sí lamentan tenerse que «morder la lengua» cuando les «insultan». En Ferraz defienden que van «a cuidar la coalición» y exigen «continencia» a los podemitas para no obligarles «a elevar el tono».
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